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La Profundidad de Ser Vistos y Escuchados: Una Necesidad Humana

  La Profundidad de Ser Vistos y Escuchados: Una Necesidad Humana En el núcleo de nuestra existencia, más allá de metas, logros o posesiones, habita una necesidad fundamental: ser vistos y escuchados. No se trata simplemente de estar acompañados o de participar en conversaciones superficiales, sino de experimentar una conexión genuina con alguien que, sin juzgar ni interrumpir, esté verdaderamente presente. Desde la infancia, desarrollamos el anhelo de que nuestras emociones, pensamientos y experiencias sean reconocidos. Cuando alguien nos mira con atención plena y escucha con empatía, ocurre algo profundo: sentimos que nuestra existencia tiene valor . La validación emocional no implica necesariamente estar de acuerdo, sino reconocer la experiencia del otro y brindarle un espacio para expresarse. Este acto fortalece la autoestima, nutre la seguridad interna y fomenta vínculos más auténticos y significativos. Ser escuchados de verdad impacta directamente en nuestro bienestar emocio...

El duelo es un camino personal: no hay reglas, solo tu propio ritmo

 



El duelo es un camino personal: no hay reglas, solo tu propio ritmo

El duelo no sigue una ruta fija, no tiene una fecha de caducidad ni un manual de instrucciones. No se trata de “superarlo” como si fuera una meta a alcanzar, sino de transformarlo. La ausencia no desaparece, pero con el tiempo deja de doler de la misma manera.

Hay días en los que sentimos que avanzamos, que respiramos con más ligereza y que la vida, de alguna forma, sigue su curso. Y luego, sin previo aviso, una canción, un aroma, una fecha o incluso una palabra nos toca el alma y el dolor reaparece. Pero eso no significa que no estemos sanando. El duelo no es un retroceso y avance constante, es un proceso de integración.

Cada persona lo vive a su manera. No hay tiempos establecidos ni un solo camino para sanar. Nos dicen que el tiempo lo cura todo, pero en realidad, el tiempo nos enseña. Nos muestra cómo recordar sin ahogarnos, cómo sostenernos en el amor que sigue vivo en nosotros y cómo seguir adelante con lo aprendido.

Si estás atravesando un duelo, permítete sentir sin culpa. No te compares con los demás, no te apresures. Algunas heridas nunca desaparecen del todo, pero pueden transformarse en algo que nos fortalezca. No se trata de olvidar, sino de aprender a vivir con lo que fue y encontrarle un nuevo significado.

El duelo sí se supera, pero no como imaginamos. No es borrar el dolor ni dejar de extrañar, sino llegar al punto donde el recuerdo no nos detiene, sino que nos impulsa. Donde la ausencia deja de ser un vacío y se convierte en un amor que permanece de otra manera.

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