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La Profundidad de Ser Vistos y Escuchados: Una Necesidad Humana

  La Profundidad de Ser Vistos y Escuchados: Una Necesidad Humana En el núcleo de nuestra existencia, más allá de metas, logros o posesiones, habita una necesidad fundamental: ser vistos y escuchados. No se trata simplemente de estar acompañados o de participar en conversaciones superficiales, sino de experimentar una conexión genuina con alguien que, sin juzgar ni interrumpir, esté verdaderamente presente. Desde la infancia, desarrollamos el anhelo de que nuestras emociones, pensamientos y experiencias sean reconocidos. Cuando alguien nos mira con atención plena y escucha con empatía, ocurre algo profundo: sentimos que nuestra existencia tiene valor . La validación emocional no implica necesariamente estar de acuerdo, sino reconocer la experiencia del otro y brindarle un espacio para expresarse. Este acto fortalece la autoestima, nutre la seguridad interna y fomenta vínculos más auténticos y significativos. Ser escuchados de verdad impacta directamente en nuestro bienestar emocio...

La Importancia de Descubrir Nuestra Identidad: Un Viaje Hacia el Autoconocimiento

 

La Importancia de Descubrir Nuestra Identidad: Un Viaje Hacia el Autoconocimiento

Sofía llegó a terapia sintiendo que su vida estaba en pausa. A sus 32 años, había logrado muchas de las metas que la sociedad le había dicho que debía alcanzar: una carrera estable, relaciones sólidas, independencia económica. Sin embargo, cada vez que tenía un momento a solas, la invadía una sensación de vacío. “No sé quién soy realmente”, me dijo en una de nuestras primeras sesiones.

La miré con una sonrisa comprensiva. Ese sentimiento era más común de lo que imaginaba.

—Sofía, dime algo… ¿Quién eres tú más allá de lo que haces o de lo que los demás esperan de ti?

Ella frunció el ceño, se quedó en silencio y luego soltó un suspiro.

—No lo sé.

Ese era el punto de partida. Lo que Sofía estaba sintiendo no era extraño; muchas personas viven atrapadas en una identidad que han construido en función de lo que los demás han dicho que son. La buena noticia es que la identidad no es una camisa de fuerza, sino algo que podemos descubrir, moldear y vivir de manera consciente.

Una nueva forma de mirarse a sí misma

Para ayudarla a comprender su identidad de una manera más profunda, la guié en un ejercicio llamado “Entre rosas y piedras”. Le pedí que dibujara una línea de vida y que marcara en ella los momentos más significativos de su historia. Las rosas representarían los momentos felices, los logros, los instantes de conexión con su verdadera esencia. Las piedras, en cambio, serían aquellas experiencias difíciles, las heridas que la habían marcado.


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Mientras escribía, vi cómo su expresión cambiaba. A veces sonreía con ternura, otras veces se quedaba en silencio, con la mirada clavada en el papel. Al final, levantó la vista y dijo:

—Me sorprende darme cuenta de que, aunque hay muchas piedras en mi camino, también hay muchas rosas.

—Y dime, Sofía —le pregunté—, si miras bien esas piedras, ¿qué crees que te han enseñado?

Ella se quedó pensando y poco a poco empezó a hablar. Cada momento difícil la había hecho más fuerte, más resiliente. Las veces que sintió rechazo le enseñaron a valorarse, las pérdidas la ayudaron a conectar con el amor real, los fracasos la hicieron más creativa.

En ese instante entendió algo esencial: su identidad no estaba definida solo por lo que le había sucedido, sino por cómo había decidido interpretar su historia.


Reescribiendo la narrativa personal


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Muchas veces, vivimos con creencias heredadas de nuestra familia, la sociedad o experiencias pasadas. Creemos que somos “la hija responsable”, “el amigo que siempre ayuda a todos”, “la persona que nunca es suficiente”, sin darnos cuenta de que esas etiquetas no nos definen realmente.

—¿Qué pasaría si comenzaras a verte a ti misma desde otro lugar? —le pregunté—. ¿Si en lugar de centrarte en lo que los demás esperan de ti, te centraras en quién realmente quieres ser?

Sofía sonrió con una mezcla de nerviosismo y emoción. Nunca se lo había planteado de esa manera.

Le propuse un ejercicio: escribir una carta desde el futuro, desde la versión de sí misma que ya se siente libre, plena y auténtica. En esa carta, Sofía debía describirse en presente, como si ya fuera esa persona que quería ser.

Al leer su carta en la siguiente sesión, me di cuenta de que algo en ella había cambiado. Su voz tenía más seguridad, sus palabras reflejaban claridad.

—Me doy cuenta de que no tengo que seguir atrapada en lo que fui o en lo que otros creen que soy. Puedo decidir quién quiero ser, y eso me da una sensación de libertad increíble.

Ese era el verdadero poder de descubrir nuestra identidad: la capacidad de reconocernos, de cuestionar las historias que nos contamos sobre nosotros mismos y de elegir, de manera consciente, cómo queremos vivir nuestra vida.


El viaje hacia una identidad más plena


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Al final de su proceso, Sofía ya no se sentía perdida. Seguía sin tener todas las respuestas (nadie las tiene), pero ahora tenía las preguntas correctas. Sabía que su identidad no era estática, sino un proceso en constante evolución.

Y tal vez, al leer esto, te preguntes: ¿Quién eres más allá de lo que haces? ¿Más allá de lo que los demás esperan de ti?

Si no tienes la respuesta aún, no te preocupes. Descubrir nuestra identidad es un viaje que comienza cuando decidimos mirarnos con curiosidad, compasión y valentía.

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